Un día del precioso mes de Junio del año 2005 d.C., nuestra querida amiga Natalia se encontraba frente al ordenador cuando de repente comenzó a cuestionarse el sentido de su triste vida y empezó a preguntarse: ¿Cuál es el sentido de los examenes? ¿Qué horrible pecado cometió el hombre en otra vida par tener que cargar con un mal así? ¿Por qué por más que se estudie para según que asignaturas no se aprueba ni a la de 3? ¿Qué forzoso motivo nos obliga a sentirnos culpables de no aprobar (a parte de la cara de nuestros padres cuando se lo decimos)? y sobre todo, ¿Cuántos años tarda en pasar el trauma una vez terminada la carrera? ¿Cuáno dinero tendremos que invertir en psiquiatras? ¿Hay una beca especial para pagarlos?
Todas estas y muchas más preguntas le vinieron a la mente, justo depués de terminar sus ajetreados examenes (ejem, ejem), acordandose principalmente de que, cuando ella se encontraba terminado sus examenes, aún quedaba un 70% de la población estudiantil española pringada hasta las orejas, entre ellos sus amigos, por lo que ella se veía obligada a no poder salir para celebrar su fracaso en los examenes.
Que el rector se apiade de nuestras almas.
Por si vosotros tambien quereis celebrar un fracaso como el mío:
www.estudiadmalditos.com
Lo que queda de un mal día a veces puede ser un buen recuerdo
20 junio 2005
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