Lo que queda de un mal día a veces puede ser un buen recuerdo

26 junio 2007

Hoy he recibido un correo de MAricarMEN (una de las erasmusitas de la familia) al abrir mi messenger. Y aunque ya lo habia leido esta mañana en casa de Mario, al sentarme sola en casa a leerlo, a pesar de que está en valenciano (y lo he entendido, ojo!), me he emocionado un poco (un mucho... ^^).
Mañana es mi último día aqui. Han sido nueve meses maravillosos, con sus más y sus menos, he echado de menos a mi familia y amigos, pero me ha compensado el hecho de conocer gente a la que no podré (ni querré) olvidar nunca. He pasado malos momentos (muy malos, la verdad) y nunca me he encontrado sola. He pasado grandes momentos en compañía de gente que no tiene un calificativo puesto que se encuentra muy por encima de las espectativas de cualquiera, he visto el mundo con otros ojos después de conocerles, he tenido la sensación y más tarde la certeza, de que eran mis amigos...
A escasas horas y escasísimos días de mi partida (bueno, la nuestra, porque los tres gambiteros hemos vuelto a coincidir en el mismo vuelo) he llegado a la conclusión de que Viena ha pasado a formar parte de mi, una ciudad que no me ha dejado en absoluto indiferente, que me ha dado grandes cosas que recordar. Quiero irme, por supuesto, quiero volver a casa lejos de las preocupaciones absurdas y a quitarme los jodidos 10 kilos que he engordado en esta erasmus (bonita la frase familiar navideña en el aeropuerto "¿quién eres tú? ¿por qué te has comido a Natalia?") quiero retomar mis clases en un idioma inteligible, en definitiva quiero volver a mi rutina (soy un animal de costumbres, que le vamos a hacer), porque nueve meses han sido suficientes... pero tengo la certeza de que en breve comenzaré a echar de menos esto.
Parte del equipo ya se fue, es inevitable hablar de ellos, recordar momentos grandiosos, ponerle "Banda Sonora" al primer cuatrimestre y que se nos pongan un poco los pelillos de punta cuando escuchamos a Billy Talent, planear encuentros para este verano (que parece ser que va a estar bien bussy, porque como sigamos así me voy a tener que hacer socia capitalista de renfe), pensar en las visitas que nos vamos a hacer... es inevitable querer mantener el vínculo que se ha creado entre nosotros, ya que aunque no seamos plenamente conscientes, nos hemos encontrado los unos a los otros por un complot del destino chungo ese o lo que sea, nos hemos encontrado porque tenemos grandes cosas en común. Yo he encontrado a mi madre, a mi padre, al hermano cafre que nunca tuve, a mi mentor, al músico más gañan de todos (gañan con cariño, ojo), a mi segunda cocinera favorita (la primera mi iaia, sorry!), al freaky de la música más hortera, a un guitarrista zurdo y a la colega más pillada de las Canarias. He encontrado un poco de mi y un poco de lo que nunca tendré en cada uno de ellos. Y eso ya es encontrar mucho.
Volveremos a encontrarnos, no dentro de mucho. Volveremos a estar juntos, en otro contexto, pero las mismas personas, las que hicieron que la estancia en este pais haya sido exorbitadamente apasionante e inolvidable. Gracias.

Existen cosas, no ya sentimentales sino materiales, que voy a echar en falta, aunque no tengan mucha razón de ser...
-El Stephandom y Kärtner los domingos por la tarde
-El Billa del Prater, con borrachitos incluidos
-Gasometer, Mall, Clubraum y por supuesto la 16c
-El molde en forma de señor repretado y el bizcocho correspondiente
-La U6
-Chelsea, Flex y El Bermuda Dreiek
-Schwedenplatz

Y más cosas, pero ahora no me acuerdo, para que mentir.
Esto no es un Adiós, es un Hasta Pronto, a Viena, a mis amigos... a todas las vivencias. Todo vuelve, y aunque en distinto formato, es igualmente agradable.

"Dicen que las grandes experiencias se quedan grabadas en el corazón, se recuerdan siempre, y entre las personas que han formado parte de ellas se crean vinculos imposibles de romper. Habeis tenido suerte, porque teniendo en cuenta que tengo memoria de pez, a vosotros os ha tocado permanecer en la otra memoria... la del corazón." MAricarMEN.

Hope 2cu all!!!!!!

Leeloo.

P.D.: Leeloo se encuentra sumida en un ataque de melancolía un poco raro... tristecita, alegre... un poco de todo. No se muy bien que decir, excepto Gracias, y buen viaje.

05 junio 2007

Daños y Perjuicios

El tiempo pasa lento. Si hacemos un resumen, nos parece que hace cinco años fue ayer, pero desde esta mañana parecen haber pasado mil años. El tiempo, en pequeñas fracciones, pasa lento.
El tiempo determina a veces las reacciones de las personas, es decir, a más tiempo pasado menos parece haberse perdido. Cuando todo está perdido, se sabe, y ya no merece la pena mirar atrás. Atormentarse con el tiempo pasado no sirve para nada, solo para reavivar angustias que en el momento de existir no nos gustaban. ¿Por qué entonces, mirar atrás, o lamentar aquello que pasó, o incluso, si no fué bueno, rememorarlo?
El pasado me da un sentimiento proteccionista con algo que es mio y que nunca más dejare escapar, porque el pasado que me concierne no me resulta desagradable, pero puede hacer daño a parte de mi presente. Y no es un presente frágil, pero mi afán por la perfección me hace que no quiera que nada se tuerza.
Me gustan las cosas sencillas (por eso compro Philips (segundo parentesis para pegarme un tiro por la gilipollez)), porque no enturbian el transcurso del presente, simplifico lo que puedo. Si todo está bien, ¿porqué darle más vueltas? Cuando algo no tiene importancia, no la tiene. Es sencillo.
Mis amigos se van de granada, ya no estaremos todos juntos nunca más, y eso me duele, pero intento simplificar mi pequeño ápice de agonia pensando que en algún momento de nuestras vidas, volveremos a estar juntos. Simplificar en algunos casos es difícil, pero necesario.
Pero a veces, tengo la impresión de que debo proteger demasiado a los demás, de que debo evitar hacerles sufrir, o entrar en contacto con la tristeza, o con las cosas desagradables, intentando que conserven la inocencia de los niños, cuando aún no conocen la maldad en la que se ve envuelto el ser humano a medida que se hace adulto.
Proteger a los demás del medio sin protegerles de mi, craso error. Porque puedo ser dañina incluso para quienes no lo merecen. Ahora tengo algo muy grande que proteger, y a veces tengo miedo de que sufra, de que vea lo desagradables que son las cosas a su alrededor... algo que no tiene sentido, pues de la misma manera ha vivido en el mundo y sabe que no siempre se recibe lo que se da. Me gustaría meterlo en mi bolsillo para sacarlo sólo cuando haga buen tiempo y el sol brille, para que no pase frio, para poder abrazarlo y que se sienta protegido... me gustaría que nunca supiese que es la ansiedad ni el llanto, ni la ausencia de razonamiento, ni el abandono ni la pena... a veces soy demasiado proteccionista. Extremista, más bien.
Y después de la ducha me he puesto su pijama, mientras esperaba sola en casa a que viniera a darme un abrazo y calmara mis ganas de llorar. He querido acurrucarme en su regazo, para sentirme portegida, y con eso dejar ver que mi afán de protección también se basa en ser objeto de protección. A veces me parece taaaan grande... siento que nada puede pasar.
Quiero demasiado a todo el mundo que me es allegado, a mi extraña manera, pero los quiero. Y siento que con mi protección nunca es suficiente.

Acurrucate en mi seno...

Leeloo, engrasando el mecanismo de un futuro (casi) perfecto.