Los Viajes de Gulliver (Vol.1)

A pesar de que mi prominente nariz eclipsa casi por completo esta fotografía, es una toma que me encanta. Es uno de los puentes de río Moldava, en Praga. Una de las ciudades más románticas del mundo (a pesar de que los checos sean lo más antipático del planeta), en la que, a pesar de mi frivolidad, sufrí un ataque de melancolía. La gente tocaba canciones con clarinetes y contrabajos, los "guiris" mirabamos fascinados los puestecitos de fotos y caricaturas a lo largo del puente, tratabamos de aprovechar cada uno de los minutos que nos quedaban en esa ciudad... Era el último de día de nuestra odisea en centroeuropa.


Bueno... Las Golden Singles en Pest. Detallazo de ese cartel (en fin, es lo malo de tener la mente calenturienta y encontrar significados chungos en todo lo que leo...).
Es una pena que no hubiese visitado Budapest antes de solicitar la Erasmus. Es una ciudad maravillosa, y la gente no tiene precio. Daría lo que fuera por vivir allí, aunque fueran sólo 6 meses. Me enamoré de esa ciudad... Es normal cuando te lo ponen tan facil.


Mi futuro lugar de residencia: Viena, la ciudad imperial por excelencia. No estoy muy segura de qué es lo que hay detras de nosotras, pero de todos modos es precioso. Estabamos abatidas, yo no conseguía articular sonidos coherentes (gracias a la eterna juerga de la noche anterior en Budapest), y estaba deseando catar el servicio de habiaciones vienés. Es una pena que no haya fotos del chico del mercado (maaaadre mía... eso no tiene nombre... y encima hablaba español... XD). Natalia, eternamente pegada al iPod para no tener que hacer funcionar el cerebro en exceso (Chistie se durmió en el metro ¡¡¡de pie!!!). Tengo muy pocas fotos en Viena, porque estaba tan cansada que no tenía ni ganas de posar para las fotos. Pensabamo salir, pero yo no podía ni mover la mandíbula para masticar (aunque, a juzgar por la torta de kilos que he traido de más de este viaje puede parece contradictorio), y caí en la cama cual bomba sobre Hiroshima. Nunca más se supo de Natalia despierta...
Viaje accidentado donde los haya, la cosa no acaba aquí... Esto es sólo el comienzo.

Pasa una cosa muy cuiosa cuando sales de viaje con amig@s. Por norma general, la gente (tu familia, tus compis y etc) te preguntar por tu viaje cuando vuelves. Lo normal es que se den conversaciones del tipo:
-¿Qué tal lo has pasado?
-Bien, todo muy bonito, llovía, hacía frio... En fin, muy bien.

¿Todo muy bonito? ¿En fin muy bien? ¿A eso vas a resumir la pedazo de semana que te has pegado, conociendo paises, visitando ciudades, compartiendo momentos cojonudos con tus amigos? Pues aunque parezca una contradicción, es cierto. Porque resulta que la lengua sólo se suelta cuando te sientas con la gente con la que fuiste y empezais, em medio de una conversación que no tiene nada que ver, a recordar esto y aquello y lo de más allá. Eso es lo que pasa. Por eso este post (y los siguientes) no tienen chicha ninguna. El que quiera saber, que se apunte a un Thursday Meeting en casa de La Coina (Dios en su casa y todos en la de La Coina), y seguro que se empapa hasta del más mínimo detalle. Más fotos en el Vol. 2.

Leeloo, que no sabe que hacer para no aburrirse.