Feliz 2oo5

Anoche celebramos la nochevieja del 2004 al 2005. Para que se diga que la gente está bien de la almendra, mira tú.
Hoy he vuelto a caer en los brazos de la aterradora tristeza, abandonandome sin más a unos sentimientos que pasan de ser maravillosos a desgarrarme las entrañas. Tal cual suena, ahora que estoy llena de ideas, de inspiración, de ganas, de nuevas maneras de ver el mundo, me doy a un ocio sentimental que me empieza a hacer el vacío en el corazón. Ya falta poco para volver a casa, a pasar unas oscuras navidades, a sufrir la ansiedad que los hechos me tienen preparada como más absoluta bienvenida, porque en mi territorio marcado con olores que me recuerdan al tiempo pasado llegaré a la conclusión de que me he vuelto a instalar en un lugar inventado por mi mente enferma. Antes podía pasar horas en mi universo inventado, tratando de escapar de la desesperacion y el ahogo de la vida que realmente llevo, pero ya no es tan fácil. Estar en contacto con la realidad tantas horas al dia me esta llevando a dejar de ser una niña para convertirme en un ente lleno de inseguridades y complejos, complejos que una vez más se presentan sin avisar en las reuniones de sociedad que mantengo entre las cuatro paredes de mi habitación. No eres nadie, me repiten, con un tono de voz cargado de cinismo e ironía, dejando mi ego refregado en el suelo sin posibilidad de recuperacion. Y empieza a parecerme cierto eso de que soy incapaz de encoñarme, soy un ser frío y calculador que mide con pie de rey cada uno de sus movimientos a pesar de la visceralidad con la que son perpetrados. Porque la cuestión no es cuánto o cómo, ni siquiera de quién puedo enamorame, sino la pasmosa facilidad con la que soy capaz de deshacer ese estado. Porque el amor ha dejado de ser parte de mi vida dado el sentido práctico en el que se ha visto envuelta. A la vista está que estoy como una puta cabra.

El 2005 fue un año un tanto bizarro para mi, un poco raro, la ansiedad que no echaba de menos en absoluto volvió para dejarme en los huesos una vez más, y el amor que supuestamente tenía, y que se encontraba marchito colgado de una alcallata en cualquier alacena se fué de mi vida para siempre. A veces recuerdo esa sensacion que tuve durante unos años, quizás un par de ellos, de poder tirarme desde cualquier altura, de cualquier manera, y saber que mi cuerpo nunca tocaría el suelo porque siempre estaría él allí para recogerme, esa sensación que sólo he tenido una vez... y que nunca más pude encontrar. En el 2oo5, cualquier indicio de volver a tenerla con esa persona paso a la historía, y probablemente la de tenerla con cualquier otra. Y si me caigo, solo tengo que sacudirme el polvo de los pantalones y seguir andando, ahora ya con los huesos astillados y llena de hematomas y cicatrices que nunca desaparecerán. A la chica del tranvía le pasará lo mismo. Y probablemente nuestros caminos no disten tanto en el espacio como pudiera parecer.

El amor duele, no lo quiero.

Leeloo, insensibilizada por una anestesia que provoca más dolor del que es capaz de quitar.

P.D.: Todo lo escrito es absolutamente PRODUCTO DE LA RESACA Y LA FALTA DE SUEÑO. Ni puto caso, tal cual ^^