Perdida entre extrañas sensaciones, la vida continúa para mi en Viena. Dicen que todo el mundo se hace un blog para postear sus chorradas cuando se va de Erasmus, pero a mi ya no me pilla de nuevas... y a veces quiero contar lo que pasa en esta ciudad, que ha pasado de odiarme a quererme con toda su alma. Ahora me siento bien aquí, ahora que por fin todo está en su sitio (aunque los jodidos exámenes me estén haciendo imposible la existencia, pero eso es aquí, allí y e Pekín), aunque siento que siguen faltandome cosas. Pero por lo menos ya no me come la pena. Es un gran evento, ahora sonrío mucho más que antes y mis pesadillas se han convertido en sueños.
Y por supuesto, quiero contar algo que he visto esta mañana en la parada del tranvía. Ha sido algo maravilloso, hacía tiempo que no veía nada tan dulce, algo que me llenara de una extraña sensación de melancolía... que a pesar de todo no me abate. He visto a un chico y a una chica, que esperaban juntos el tranvía. No estaban cogidos de la mano, ni siquiera estaban demasiado cerca, a una distancia más bien prudencial diría yo. Ella era (que raro) una chica rubia, con la cara ovalada y unos enormes ojos claros, de un azul muy grisaceo, unos ojos chispeantes y un tanto tristes; no era una chica muy alta, tampoco excesivamente delgada, tenía un atractivo levemente bizarro y llevaba un abrigo negro que la hacía parecer una adolescente vivaracha. Tenía una expresión en la cara llena de ternura, miraba al chico que tenía a su lado como si no hubiera nada más en la calle, se reflejaba el sol en su pelo rubio y parecía que estuviera teniendo una visión angelical; parecía no importarle el tiempo o el espacio, sólo miraba al chico con esos ojos llenos de cariño, era algo tan evidente que pude darme cuenta con sólo mirárla, aún econtrándome en la acera de enfrente. Estaba llena de un cariño plagado de anhelos, esperando algo que probablemente nunca podría tener, y sin embargo ella mantenía sus ojos clavados en el como si tan sólo con su imagen pudiera tener casi todo lo que pretendía. Y una pequeña sonrísa dibujaba sus labios dejando entrever un ápice de amargura´.
Él era un chico alto, bastante alto, con el pelo oscuro y la piel muy clara, con unos ojos de un color que no sabría bien cómo definir, probablemente del tono de la miel, no era especialmente guapo, pero si tenía algo que le hacía salirse un poco de la norma. Tenía una nariz casi perfecta y los pies bastante grandes, llevaba una chaqueta para la nieve bastante fea, pero que le quedaba bien. Estaba de pie al lado de la chica, a unos sesenta centímetros, y al mirar su cara me chocó incluso más que la mirada de muchacha. Su cara reflejaba encogimiento, la miraba intentando frenar algo que ansiaba, se sentía frenado por sus propios pensamientos... en sus ojos había amor, pero no en las lineas de su expresión. Cada vez se hacía más notable que quería algo que probablemente no podía o no debía coger. La ternura que expelía llegaba cada vez más lejos, pero también los gritos que le propinaba algo dentro de su conciencia... era todo tan evidente a los ojos de los que mirábamos (acojonante, la escena era tal que yo no era la única que miraba disimuladamente... las dos yayas que había a mi lado se estaban poniendo las botas)
Al fin, él saco las manos de los bolsillos y de una manera paulatina y calmada se acercó a ella, y levantando la cabeza con los ojos entrecerrados la abrazó y respiró hondo. Ella apoyó la cabeza en su pecho y sonrió con tanta pena y ternura que estuve a punto de aplaudir y llorar a la vez. Él mantenía, al igual que ella, los ojos cerrados, y su cara hablaba por si sola diciendo "esto no está bien, pero no me importa". El tiempo se paró para ellos, respiraron profundamente casi al unísono y se estrechaban cada vez más entre los brazos del otro. Parecía que nada podía separalos, que se habían hecho invisible, que no percibían nada más que a aquel que tenían pegado a su cuerpo... y pasó su tranvía... y ellos dejaron que pasara... y se quedaron abrazados sin más en la marquesina, y se confirmó que no había nada más para ellos en el mundo en ese momento.
La escena duró un buen rato, tanto que llegó mi tranvía, me subí, y ellos seguían allí... y los miré por la ventana y ni siquiera se habían movido un centímetro. Ha sido la cosa más bonita que he visto en mi vida, en toda mi vida. Ha sido un momento precioso, para ellos y para mi. A pesar de que sé que tras ese abrazo todo terminaría para ellos, ella quedaría anhelante y el volvería a sus menesteres, y seguirían sintiendo ese amor profundo el uno por el otro que se mascaba en el aire y que tendrían que olvidar porque la corriente los arrastraba hacia lugares distintos.
Y yo sigo pensando que él nunca se va a enamorar de nadie de la misma manera que lo estab de ella, y que ella nunca olvidará que él fue la persona por la que sintió más emociones en toda su vida.
Las cosa se quedan en su sito, a pesar de todo. Los sentimientos se ven frenados por el sentido común, y el amor se estanca en un lugar insólito sólo por no saber como cambiar lo que tenemos, por no renuciar a algo que no queda muy claro si es lo que queremos o simplemente lo que nos acomoda.
Y por si quedaba alguna duda, yo no es que no me enamore nunca, es que vivo enamorada del amor... soy mucho más sentimental de lo que mis palabras y mis gestos dejan ver.
Leeloo, sintiendo que el tranvía pasa y no tiene nadie que la retenga.
P.D.:Cristina, no te echo más de menos porque no tengo más tiempo. Agarrate a los pelos de un calvo que en un mes te estoy raptando (esto no es una tentativa barata, ojo)
Lo que queda de un mal día a veces puede ser un buen recuerdo
06 diciembre 2006
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5 comentarios:
Me a gustado muxo el posteado,en serio,lo has relatado con tal lujo de detalles que has conseguido que mi corazon viera lo que vieron tus ojos.
No es la primera vez que yo reflexiono sobre eso,yo llevo toda mi vida en un anden,esperando mi tren,pasan miles todos los dias pero no me convencen,no son el mio.
A veces me he confundido,he intentado subir a uno equivocado y me han exado a patadas..
Por eso,le he cogido miedo,a partir de ahora yo sere el tren,yo decidire quien entra o no.
Admito que es dificil encontrar un billete,pero os aseguro que mi pasajero viajara en primera clase,tengo tanto que ofrecer..
La verdad es que yo también idealicé un poco la situación, pero en realidad fue una escena preciosa. Los que mirabamos no podíamos sentir en cierto modo un poco de envidia...
Y bueno, lo cierto es que todos sentimos alguna vez que el tren en el que vamos no es el nuestro, y que bajar en la siguiente estacion seria lo correcto, pero para saberlo hay que montarse en un tren, y en otro, y luego en otro si es necesario, como yo con los metros aquí, que siempre cojo el que me lleva a pekin...
Agobiarse con el tiempo que van a tardar los trenes en llegar no sirve para nada, puedes pasar el tiempo de espera haciendo un crucigrama o leyendo un libro... o cualquier cosa que te ayude a aprendes, me sigues?? :)
Siempre hay un tren para todos...
O haciendo test de examen,klos tengo muy olvidaos...jajaja.
Te sigo,te entiendo y de echo es lo que estoy haciendo pero preferiria hacer los crucigramas dentro de mi tren,que en el anden hace mucho frio y yo,que soy muy friolero,no me concentro bien con el frio,necesito desesperadamente el calor para disfrutar aprendiendo.
Estoy harto y aburrido de aprender solo,si tubiera a alguien que me ayudara,que me reprochara,que se riera de mi y conmigo a la vez..y al mimo tiempo alguien a quien ayudar,arropar,alguien para compartir mi existencia,compartir,algo que todavia no he tenido la oportunidad de hacer y que cada dia deseo mas.
boti,sigue buscando
Bueno, sólo decirte que ya queda una semana para que nos veamos y tal...y que te daré un abrazo después de unos meses sin verte...luego desearás perderme de vista unos cuantos lustros, jajaja...pero eso es otro cantar.
Fran en el delirio de la fiebre escribiendo algo a su egocéntrica amiga vienesa con ascendencia cordobesa.
Madre mia, que de halagos... bueno, saltándome un poco las normas te dejaré que me des un abrazo, pero no te acostumbres que sabes ya lo que hay. Y luego no me va a quedar mas remedio que perderte de vista, XDDD, asi que nada, a otra cosa mariposa.
Por cierto, sabes que dice Cris que yo nunca me encoño??? madre mía, estais descubriendo facetas de mi que yo no habia descubierto... será verdad que soy un desastre para el amor???
Cuidate la fibre y DEJA DE ABUSAR DEL PARACETAMOL, CAPULLO!!!
Mil besos.
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